Entrevista
Ana Peláez Narváez, una voz para la discapacidad en el Comité de la CEDAW
“Quiero que se escuchen las voces de las mujeres con discapacidad y crear una conciencia de derechos humanos de mujeres”
06/04/2018
Blanca Abella - Imágenes: Jorge Villa
Uno de los retos personales de la candidata española al Comité de la CEDAW (Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer) es llegar a todas esas personas expertas que trabajan en este órgano de tratados de derechos humanos de la ONU y hacerles entender la importancia de tomar en consideración a las mujeres y niñas con discapacidad. Una de cada cinco mujeres tiene discapacidad, una cifra que debería hacer pensar y actuar, un dato que para Ana Peláez Narváez es significativo y por el que reclama definitivamente “un trabajo sistemático y organizado para considerar a las mujeres y niñas con discapacidad en la agenda política”. Además, demanda coherencia e interseccionalidad entre los órganos de tratados de Naciones Unidas para abordar las políticas de discapacidad de una manera transversal.
La primera es una razón compartida universalmente por el movimiento general de las personas con discapacidad, y muy especialmente por las mujeres con discapacidad y madres de personas con discapacidad, en el sentido de que si bien a través de la
CRPD (Convention on the Rights of Persons with Disabilities - Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad) se ha ido visibilizando poco a poco la situación de las mujeres y de las niñas con discapacidad, todavía sigue siendo una asignatura pendiente en Naciones Unidas, en todos los Estados, incluso en el marco de las organizaciones de las personas con discapacidad.
Una prueba de ello es la composición actual que tiene el propio Comité de seguimiento de Naciones Unidas de la CRPD, del que he formado parte dos mandatos, donde de 18 personas expertas, solamente una es mujer. Esto ha servido de revulsivo para que el movimiento de la discapacidad entendiera que era necesario hacer algo más, no solamente había que trabajar en la incorporación de mujeres en las renovaciones de ese comité, sino también en el tema de que las mujeres con discapacidad formaran parte de la agenda política más global de ONU Mujeres, en donde apenas existe real consideración hacia ellas, hasta ahora, que se empiezan a hacer algunas cosas, o que también esas mujeres y niñas con discapacidad fueran consideradas en otros planos de la agenda internacional, como por ejemplo en el Comité de la
Cedaw. Cuando se hizo toda la negociación con la incorporación de la discapacidad en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), en la agenda 2030, se incorporaron alusiones a la discapacidad pero ninguna en relación con la igualdad de género, que es el ODS número 5. Está claro que es una población sobre la que hay que intervenir.
La segunda razón tiene que ver más quizás con una prolongación de todo ese trabajo que se viene haciendo desde España, desde el
CERMI, y más concretamente desde la
Fundación CERMI Mujeres (FCM) en relación a la defensa de las mujeres y niñas con discapacidad. Desde el primer momento, cuando empezamos a trabajar la perspectiva de los derechos humanos en el ámbito de la discapacidad, enseguida encontramos que el comité de la Cedaw era un instrumento muy válido para hacer valer los derechos y libertades fundamentales de estas mujeres y niñas con discapacidad, de hecho el primer reporte internacional que hace el CERMI a un órgano de tratado de Naciones Unidas lo hizo en 2010 al Comité de la Cedaw precisamente, antes incluso de llegar a la CRPD.
¿Existe algún motivo personal que impulse a una mujer ya comprometida, tanto a nivel nacional como internacional, a procurar una nueva responsabilidad?
Mi candidatura tiene que ver con un compromiso personal de evolución de un trabajo de muchos años, de 18 años, primero en relación a todo lo que ha sido en España y luego en la negociación de la CRPD en Nueva York, haber estado en la negociación intentando lograr esa consideración a las cuestiones de género en la CRPD. Después de haber sido el punto focal del Comité de la CRPD en los temas de mujeres y niñas con discapacidad, tras esos ocho años de trabajo intenso, ha llegado el momento de dar un salto cualitativo y esa posibilidad surge con la Cedaw, el órgano que mejor conocía porque es el que siempre inspiraba mi trabajo, siempre acudía a la referencia de la Cedaw en relación a cualquier Estado sobre la realidad de las mujeres.
Siempre he tratado de tener ese vínculo entre lo que el Comité de la Cedaw le decía a un Estado para las mujeres en general y ponerlo en valor para cuando ese Estado llegaba al comité de la CRPD y se abordaba el tema de las mujeres con discapacidad. Por eso mismo el hecho de pasar de este Comité de la CRPD al Comité de la Cedaw es una continuación lógica, una evolución lógica.
"Quiero conseguir que este comité tenga un trabajo sistemático y organizado para considerar a las mujeres y niñas con discapacidad en su agenda política"
¿Qué le gustaría conseguir con esta candidatura en el Comité de la Cedaw?
Lo primero que quiero conseguir es que este comité tenga un trabajo sistemático y organizado para considerar a las mujeres y niñas con discapacidad en su agenda política. Me gustaría lograr que, del mismo modo que la comunidad internacional y que las organizaciones de las personas con discapacidad están reportando al Comité de la CRPD cuando se analiza el seguimiento en los distintos países, conseguir que el Comité de la Cedaw y que las propias organizaciones de personas con discapacidad, y muy especialmente las de mujeres con discapacidad o las de mujer en general, informen sobre las mujeres con discapacidad, pero además, poniéndolas a ella en primer término. Quiero que se escuchen las voces de las mujeres con discapacidad, quiero llevar su participación directa a cualquier evento público del comité y crear una conciencia de derechos humanos de mujeres dentro de las mujeres con discapacidad.
Esa visibilidad de la mujer y de la niña con discapacidad entre las propias mujeres en general, ¿es un trabajo necesario todavía?
Sí, lograr la voz y la presencia entre las propias mujeres, que se nos vea, porque para la sociedad, para la comunidad en su conjunto, nosotras somos discapacitadas, pero no somos mujeres con discapacidad, porque se nos ve como ‘disabled’ y al vernos así, lo que hacen es robar nuestra identidad femenina. Ocurre que al hablar de violencia machista, de maternidad, o de cuestiones muy específicas de mujer, en el propio sector de la discapacidad incluso, no se utiliza el término de mujeres con discapacidad, seguimos diciendo ‘personas con discapacidad’. Nos cuesta dar ese giro.
En este sentido, a menudo me achacan una obsesión con el tema de los derechos sexuales y reproductivos y es que no se entiende, o no hemos sido capaces de explicar, cuál es el vínculo entre los derechos sexuales y reproductivos con respecto a la discriminación de mujeres y niñas con discapacidad.
La percepción social que se tiene de las mujeres con discapacidad es que somos seres asexuados, ni siquiera mujeres, sino seres, por dos motivos, en primer lugar porque la principal atribución que erróneamente la sociedad sigue atribuyendo a la mujer es la de la reproducción y en el caso de las mujeres con discapacidad se entiende que no somos aptas para reproducir la vida, por miedo a trasmitir nuestra discapacidad y perpetuarla, aunque eso no se le atribuye al hombre, no tiene ese estigma. En segundo lugar, se pone en duda la capacidad de la mujer con discapacidad de cuidar a sus hijos. De entrada, todos los derechos reproductivos se ven vulnerados, pero además, los derechos sexuales tampoco son reconocidos, ese rol social de prototipo de belleza según el cual sexualmente careces de atractivo… Al final se vulneran los derechos sexuales y reproductivos, y a menudo acompañado de medidas drásticas que tienen que ver con la capacidad jurídica de las mujeres, porque a muchas de estas mujeres se les practica una esterilización. Sucede en muchos más casos de los que tenemos conciencia.
Si el hombre pierde su capacidad jurídica suele estar vinculado a la gestión de su patrimonio, pero en el caso de la mujer con discapacidad se hace en relación con sus derechos sexuales y reproductivos. Pero además, todas estas prácticas relacionadas con los derechos reproductivos lo único que logran finalmente es una mayor exposición a sufrir explotación, violencia y abuso.
"Estas mujeres y niñas están invisibilizadas y es una asignatura pendiente de las organizaciones de la discapacidad, las de mujeres, de las administraciones públicas, las agencias especializadas de Naciones Unidas y de los órganos de tratados de derechos humanos"
Todas estas mujeres y niñas están invisibilizadas en los medios de comunicación, en las políticas públicas, etc., y es una asignatura verdaderamente pendiente por parte de las organizaciones de la discapacidad, por parte de las organizaciones de mujeres, por parte de las administraciones públicas, por parte de las agencias especializadas de Naciones Unidas, pero también por parte de los órganos de tratados de derechos humanos, que se olvidan de esta población.
¿Cuál es la agenda de trabajo o los temas que considera prioritarios si logra finalmente formar parte del Comité de la Cedaw?
Tengo cinco prioridades y la primera es visibilizar a las mujeres y niñas con discapacidad, tomando en consideración que se trata de un quinto de la población total de mujeres y que, hoy por hoy, si bien el comité toma en consideración en algunas ocasiones las especiales necesidades de las mujeres con discapacidad, no tiene una forma sistemática de abordar esta cuestión.
En segundo lugar, trabajar también por todo lo que son las discriminaciones múltiples, que sufren también otras mujeres, las mujeres que lo tienen peor son mujeres de las que nunca se habla, de las que nadie informa, no existen organizaciones que las representen y nunca van a llegar a estos órganos de derechos humanos. Por eso es muy importante aplicar un enfoque interseccional que nos haga pensar no solamente en un par de categorías de exclusión.
"Resulta fundamental tener un enfoque mucho más coherente entre los distintos órganos de tratados de Naciones Unidas"
En tercer lugar, también prioritario, vincular en el marco del 40 aniversario de la Cedaw, su implementación con la Agenda 2030 y los ODS, no solo con el Objetivo 5, sobre la igualdad de género, con toda la agenda. En cuarto lugar, resulta fundamental tener un enfoque mucho más coherente entre los distintos órganos de tratados de Naciones Unidas cuando por ejemplo abordan recomendaciones generales sobre una determinada temática, o recomendaciones a un determinado Estado parte. En general los comités de Naciones Unidas de derechos humanos trabajan cada uno en su propio rincón con su propia agenda y en muchos casos sin tomar en consideración otras convenciones que también se ven afectadas por esas decisiones que toma ese comité.
El hecho de que yo provenga del Comité de la CRPD hace mucho más fácil esa conexión y esa comunicación entre, por ejemplo, la Cedaw y el CRPD. Y si hacemos un abordaje de las niñas con discapacidad, no solo vincularíamos estos dos comités, también el de los derechos del niño. Después de estos ocho años de trabajo en Naciones Unidas voy mucho más por ese enfoque interdisciplinar de los tratados de derechos humanos, porque se pueden hacer muchas más cosas y más efectivas de manera conjunta.
"Tenemos que llevar esa transversalidad de la discapacidad a todo el sistema de Naciones Unidas"
Y la última prioridad es llevar la discapacidad a otros órganos de tratados distintos a la CRPD, porque las mujeres con discapacidad somos personas también, con todos sus derechos reconocidos en otras convenciones y tenemos que llevar esa transversalidad de la discapacidad a todo el sistema de Naciones Unidas. Resulta un tanto contradictorio el hecho de que Naciones Unidas, a través del Comité de la CRPD, pida a los Estados parte todo ese trabajo efectivo y global de la consideración de la discapacidad y que después en el sistema de Naciones Unidas, cuando hablemos de discapacidad, siempre hablemos del CRPD.
"Tenemos que pensar siempre, ¿quién se está quedando atrás?, ¿qué mujeres no están siendo consideradas?
¿Cuáles serían esas discriminaciones múltiples que sufre la mujer y que quiere llevar en la agenda de trabajo del Comité de la Cedaw?
Suele haber legislación sobre la discriminación por discapacidad, por raza, por cuestión de género, pero no hay nada que aborde la discriminación múltiple, que se da por un cúmulo de categorías y es ahí donde tendríamos que incidir. Hay un lema muy bonito, que es “Leave no one behind”, no dejar a nadie atrás, que es el lema de la agenda 2030. Tenemos que pensar siempre, ¿quién se está quedando detrás?, ¿qué mujeres no están siendo consideradas? La discriminación múltiple es específica para determinados contextos, en el caso de las mujeres con discapacidad, tenemos establecido ya una serie de ámbitos fundamentales, que tienen que ver con todo el tema de los derechos sexuales y reproductivos y la violencia, pero también, sobre todo, con la educación, y el empleo, la protección social, la pobreza, de la participación política, de la vida independiente, de la salud… en todos los órdenes de la vida.
"Una población de más de 600 millones de mujeres en todo el mundo, 49 millones en la UE y dos millones y medio en España, tiene que tener sus espacios concretos organizativos"
¿Sería todo más fácil si existieran más organizaciones de mujeres con discapacidad que trabajaran contra esta discriminación?
Que no existan organizaciones de mujeres con discapacidad es una clara vulneración del derecho a la participación política, de que las propias mujeres con discapacidad puedan tener sus organizaciones y participar en igualdad de condiciones como parte de la sociedad civil. Está muy bien tener un espacio dentro de las organizaciones de personas con discapacidad, pero ellas mismas por sí mismas, una población de más de 600 millones de mujeres en todo el mundo, 49 millones en la UE y dos millones y medio en España, tienen que tener sus espacios concretos organizativos.
Parte de esa debilidad que hemos tenido las mujeres con discapacidad ha estado motivada por la falta de espacios propios donde se escuche las voces de las mujeres con discapacidad. Apenas existen organizaciones de mujeres con discapacidad, ni sectorialmente ni globalmente. Y eso ha hecho que esta situación de desconocimiento y de invisibilidad se perpetúe y al mismo tiempo se siguen perpetuando la discriminación de esta población en relación con sus derechos humanos y libertades fundamentales.
"En muchísimos casos se adoptan medidas posturales, políticamente correctas, pero en el fondo no hay un verdadero compromiso para el cambio social que se requiere"
¿Cree que la fuerza que está cogiendo el movimiento de la mujer en general, sobre todo tras las últimas movilizaciones del Día de la Mujer, puede servir de empuje y fuerza a las mujeres con discapacidad y su propia participación?
Las mujeres con discapacidad nos sentimos sobre todo mujeres y queremos ser reconocidas como mujeres y formar parte de los movimientos de mujeres. En España las manifestaciones y movilizaciones recientes prueban verdaderamente que hay una total discrepancia con la situación actual, pero hay una pandemia (no sé si llamarlo así), una situación de discriminación estructural de siglos de historia y es necesario educar desde las nuevas generaciones. Pero no solo eso, es necesario un cambio en todo el abordaje de la estructura y estratificación incluso social, es necesario cambiar las políticas generadoras de desarrollo porque no se le está dando valor a todo el aporte de las mujeres. En muchísimos casos se adoptan medidas posturales, políticamente correctas, pero en el fondo no hay un verdadero compromiso para el cambio social que se requiere.
Esta lucha de la igualdad no es una lucha de mujeres, es una lucha de mujeres y hombres, necesitamos a mujeres y hombres que verdaderamente crean en esa lucha, sobre todo en las cúpulas donde se toman las grandes decisiones.
Hay un trabajo importante en la necesidad de conocer las situaciones, por ejemplo, ¿cómo se diagnóstica lo que se necesita para mejorar las condiciones de igualdad en las empresas? No hay análisis ni diagnóstico y lo que se planifica está en el aire. ¿Se evalúa o se hace un seguimiento? Si no hay un diagnóstico ni un plan de acción específico todo lo demás está en el aire. Al final todo se basa en las buenas intenciones y no en diagnósticos que permitan conocer una realidad y actuar sobre ella. De hecho son necesarios muchos datos y estadísticas en temas de género.
Tengo la sensación de que hay una parte muy importante de la sociedad que está cansada, hay algunos cansados, pero sobre todo hay mujeres que estamos cansadas de que se perpetúen estas desigualdades entre hombres y mujeres.
"Las desigualdades entre hombres y mujeres son estructurales, se perpetúan por años de historia y se agravan infinitamente más para mujeres que están en una situación de total de invisibilidad como somos las mujeres con discapacidad"
¿Qué peso real tiene la Cedaw y su Comité en el ámbito internacional y luego en cada Estado?, ¿qué ha logrado en tantos años de historia, casi 40, en cuanto a la igualdad de hombres y mujeres?, ¿y en temas de discapacidad?
La Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que cumplirá 40 años el año que viene, no habla de discapacidad, aunque no significa que no nos incluya ya que si lucha contra todas las formas de discriminación hacia las mujeres, tiene que dirigirse también a las mujeres con discapacidad.
El Comité de seguimiento de la Cedaw ha ido poco a poco tomando conocimiento de la situación de discriminación de las mujeres y niñas con discapacidad, tiene recomendaciones generales, una de ellas es incluso anterior a la CRPD y es cierto también que el comité poco a poco ha ido incorporando alguna mención a la discapacidad, pero no se puede decir que tenga una forma sistemática de abordar la discapacidad, teniendo en cuenta que según ONU Mujeres una de cada cinco mujeres es una mujer con discapacidad, 600 millones de mujeres con discapacidad existen en el mundo.
La Cedaw fue ratificada por 189 Estados y tiene casi 40 años de historia, sin embargo, las movilizaciones sobre las desigualdades que sufren las mujeres son permanentes, y de forma mucho más acuciante en los últimos tiempos en muchos países, lo que hace ver que la situación de la igualdad de género es un asunto que preocupa, no sé si preocupa a los Estados, pero es un tema fundamental de la sociedad civil.
Desgraciadamente, pese a que existe esta convención, las desigualdades entre hombres y mujeres son estructurales, se perpetúan por años de historia y se agravan infinitamente más para mujeres que están en una situación de total invisibilidad como somos las mujeres con discapacidad.
"Los temas de igualdad entre hombres y mujeres no forman parte real de la agenda política ni muchísimo menos, es un factor en muchos casos decorativo, una pose institucional"
Si la desigualdad entre hombres y mujeres es un problema estructural como usted afirma, ¿cuáles serían las soluciones o medidas adecuadas para reducirlo definitivamente?
La Cedaw es un marco referencial muy necesario que nos tiene que llevar a ser vigilantes en todo ese marco de derechos humanos entre hombres y mujeres. En España y en la UE, en muchísimos países del mundo, los temas de igualdad entre hombres y mujeres no forman parte real de la agenda política ni muchísimo menos, es un factor en muchos casos decorativo, una pose institucional. Es políticamente correcto tener órganos, además está establecido por ley, comités de igualdad en empresas a partir de determinado número de trabajadores, etc., pero eso no está siendo suficiente.
Es necesario un verdadero revulsivo, un cambio en la forma de entender todas estas legislaciones. Creo que la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible es un marco referencial muy interesante para hacer avanzar la implementación de la Cedaw, por ejemplo, en muchos países, y se debería vincular la agenda 2030 y los ODS con la implementación de la Cedaw, que sigue siendo una asignatura totalmente pendiente en todos los Estados partes de la Cedaw.
¿Cree en la fuerza de su imagen?, ¿en el ejemplo que daría su presencia como mujer con discapacidad en el Comité de la Cedaw para el resto de la sociedad y para las propias mujeres con discapacidad?
No pretendo ser en ningún caso una imagen, no me conformo con servir simplemente de pose o de retrato. Es necesario visibilizar a las poblaciones y, como en este caso, que sea una mujer con discapacidad la que entre en ese comité. Pero soy la candidata por varias razones: por la experiencia acumulada en el Comité de la CRPD específica sobre mujeres con discapacidad; por el bagaje de tanto tiempo de trabajo con Naciones Unidas con Estados partes de otras convenciones y porque, consensuadamente, la comunidad internacional de la discapacidad ha decidido dar el apoyo a mi candidatura, por supuesto también el Gobierno español.
Sé que, si soy elegida, voy a tener muchas limitaciones y un trabajo importante que hacer, que tiene que ver en primer lugar con que este comité, formado por 23 personas y nunca con una mujer con discapacidad, tendrá que adaptarse a esas necesidades de accesibilidad o de ajustes razonables que yo vaya a necesitar. Hoy por hoy, el único comité de Naciones Unidas que trabaja de forma accesible es el de la CRPD.
También será un reto para mí poder llegar a todas esas personas expertas de ese comité y hacerles entender, no creo que sea difícil, la importancia de tomar en consideración a las mujeres con discapacidad.